Secuencia simplificada de construcción de un bote de 21 palmos de vela latina en el astillero de Águilas para un armador de Torrevieja o de Cartagena en el año 2006 por el maestro carpintero de ribera Diego Fernández Mateo. Los botes de 21 palmos se generalizaron a partir de posguerra civil española en Cartagena, ya desde finales del s. XIX existían regatas de laúdes de vela latina, y a principio del siglo XX aparecen los primero laúdes íntegramente de regatas como el Carrión de 42 palmos en el Club Náutico Los Alcázares, en esta primera mitad del siglo XX ya se organizaban también regatas de los botes más pequeños pero estos no tenían una medida establecida habiéndolos de 19, 21 e incluso 23 palmos. Durante los años de posguerra española el maestro carpintero de ribera Nicolás Montalbán, oriundo de Altea, construye en Cartagena en el año 40 el Rosamar, conocido hoy en día como el Cala, con unas líneas de agua propias de los laúdes quillados levantinos, pero en una medida de 21 palmos, entre otra causas se cree debido a la escasez de materiales y recursos que ocasionó la posguerra civil en Cartagena. Seguidamente el maestro carpintero de ribera Francisco Pinto Pomata construye un segundo bote de 21 palmos en el años 1943 con los retales de la construcción del pailebote Paquito Vera que se construyó en Cartagena un año antes, en 1942. La rivalidad entre el bote de Montalbán y entre el bote de Pinto, hace que esta clase de 21 palmos se establezca como la preferente en la Cartagena de los años 40, sucediéndose una serie de construcciones de botes todas de 21 palmos, que hacen hoy en día un total de 26 botes en Cartagena y de 11 en Torrevieja. Como norma general los botes de 21 palmos de vela latina de Cartagena tienen una eslora de 4,50 metros, una manga aproximada entre 1,90 metros y 2,05 metros, un puntal de 1,20 metros, un desplazamiento entre 400 y 450 kilogramos sin lastre, un mástil de aproximadamente 6,40 metros de longitud levemente lanzado hacia proa, y una superficie vélica máxima de 50 metros cuadrados con una baluma máximas limitada por reglamento en 9,50 metros, aunque con anterioridad hubo velas que superaron los 10 y 11 metros de baluma que se usaban con vientos de menor intensidad. En la actualidad las regatas se celebran con vientos de fuerza 1,2,3 y 4 en la escala de Beaufort y se suspenden cuando el anemómetro mide 17 nudos equivalente a fuerza 5 de la mencionada escala.